Aunque vivimos en una época en la que la asistencia sanitaria es cada vez más accesible para todos -gracias a los avances tecnológicos y al desarrollo de los servicios virtuales de telesalud-, las disparidades sanitarias persisten en las comunidades de color, y en particular entre las mujeres de color.

Las disparidades sanitarias son «diferencias que existen entre grupos de población específicos de Estados Unidos en la consecución de un pleno potencial de salud que pueda medirse»(Academia Nacional de Ciencias). Hay muchos factores que afectan a la salud de las personas, como los niveles de educación e ingresos, el sexo y la orientación sexual, la edad y la raza.

Los avances en la mejora de la salud de la mujer no se han dejado sentir por igual. Por ejemplo, las mujeres pertenecientes a minorías no reciben la misma calidad de atención que las blancas. La falta de igualdad de acceso a la asistencia sanitaria puede provocar mayores tasas de mortalidad, mayores costes médicos, falta de acceso a los tratamientos y peor gravedad de las enfermedades.

Desde el brote de COVID-19, cada vez más personas se han acostumbrado -e incluso prefieren- utilizar los servicios de telesalud. Las mujeres siempre han sido más propensas a ir al médico que los hombres, y esta tendencia se ha mantenido en lo que respecta a la adopción de la telemedicina. En la familia media estadounidense, las mujeres desempeñan el papel de cuidadoras, un trabajo no remunerado que incluye ocuparse de otros miembros de la familia y de su salud. En una plataforma de telemedicina como Direct2Care, las mujeres pueden recibir asesoramiento sobre lesiones, recetas, diagnóstico médico por imagen, análisis de laboratorio, derivaciones, consultas dermatológicas, servicios de salud sexual, asesoramiento sobre resfriados y gripe, y mucho más.

Esto no sólo ahorra tiempo y dinero en gasolina, sino que puede ayudar a cualquier miembro de la familia en cualquier momento. Esta accesibilidad es una de las muchas formas en que la telemedicina contribuye a acabar con las desigualdades sanitarias.

Otro obstáculo al que se enfrentan muchas mujeres pertenecientes a minorías en lo que respecta a la calidad de la asistencia sanitaria que reciben es la barrera lingüística. Las barreras lingüísticas impiden la satisfacción tanto del paciente como del proveedor: si no puede describir cómo se siente, tiene menos probabilidades de obtener un diagnóstico correcto y comprender plenamente las opciones de tratamiento que se le pueden ofrecer. Una mala comunicación puede alterar por completo la experiencia sanitaria de una persona. Para remediarlo, Direct2Care ofrece traducción a más de 200 idiomas y dialectos. En un estudio, las herramientas de traducción han aumentado la satisfacción de pacientes y proveedores en un 92% y han incrementado la calidad de la asistencia sanitaria prestada y la seguridad de los pacientes.

Se ha descubierto que los patrones de desconfianza que existen en el ecosistema sanitario pueden repercutir en la salud de los pacientes y en el tipo de atención que reciben. Una fuente de desconfianza en la asistencia sanitaria son los problemas de privacidad personal. Para crear una base de confianza, Direct2Care utiliza tecnología segura, encriptada y conforme a la HIPAA, y sólo trabaja con proveedores médicos experimentados y certificados.

Para más información sobre las medidas que Direct2Care está adoptando para alcanzar la equidad sanitaria , pulse aquí. Feliz Día Internacional de la Mujer a todas las increíbles mujeres que nos inspiran hoy y todos los días.